Netziv Génesis: Vayetze
Espejo de la Culpa
“Los vicios que lanzó en contra de otros, se ríen de nosotros dentro de nosotros mismos.” -Thomas Edward Brown
Jacobo trabaja para su suegro codicioso y engañoso, Lavan, durante veinte años. Jacobo es el trabajador perfecto. Él cuida el ganado de Labán con increíble atención y responsabilidad. Lavan se convierte en un hombre poderoso, rico debido a la ardua labor de Jacobo. Jacobo tiene un historial impecable. Ninguno de los animales fueron heridos, atacados o robados durante los largos años de servicio de Jacobo. Fue un insólito logro de la diligencia, el sacrificio y la productividad. Él no falto ningun día por enfermedad o vacaciones y trabajaba el turno de la noche también. No está claro cuando dormía. Jacobo fue probablemente el empleado del siglo.
Por tanto, es muy sorprendente que cuando Jacobo y su familia, bajo las órdenes de Dios, escapan de Lavan, Lavan los persigue y acusa a Jacobo de nada menos que un robo.
¿Cómo puede Lavan sospechar de su empleado estrella, el hombre que construyó su imperio, del hurto? El Netziv (Rabí Naftali Zvi Yehuda Berlín, 1816-1893) en Génesis
31:41 se explica que Lavan exhibe un rasgo común de la humanidad. Lavan acusa a una persona completamente inocente de un rasgo que él mismo posee. El Netziv afirma que es normal que las personas que poseen una cierta característica de asumir que otras personas tienen de lo mismo. Un ladrón asume que los demás son ladrones también.
Por lo tanto, cuando una persona acusa a otra persona de alguna falla, no necesitamos ir muy lejos en cuanto o porqué el acusador estaría familiarizado con tales defectos.
Que seamos cuidadosos de lo que acusamos. Puede revelar más de lo que sería deseable.
Shabat Shalom,
Ben-Tzion Spitz
dedicación
Para el Rabino Israel Meir Kagan (1838-1933) también conocido como el Jafetz Jaim, por su innovador libro del mismo nombre sobre las leyes judías de cuidar lo que decimos